Las mujeres que toman anticoagulantes pueden además usar anticonceptivos que contienen estrógeno o la terapia de reemplazo hormonal sin mayor riesgo de coágulos de sangre o hemorragia uterina, según concluye una investigación publicada en la edición digital de la revista «Blood».

Las mujeres pueden tomar medicamentos que contienen hormonas para una serie de indicaciones, como la anticoncepción o la terapia de reemplazo hormonal incluso después de la menopausia. Si una mujer es diagnosticada con uno o más coágulos de sangre, a menudo se recomienda que detenga la terapia hormonal, incluso mientras recibe un anticoagulante terapéutico, porque los médicos suelen tener miedo de que la combinación de fármacos pueda elevar el riesgo de producir trombosis.

Sin embargo, esta práctica se basa en la conocida asociación entre la terapia hormonal y aumento del riesgo de coagulación en ausencia de anticoagulantes en la sangre. La seguridad del uso concomitante de estos medicamentos no se había explorado previamente y, por lo tanto, las pautas de cuidado entran en conflicto.

«Aunque ha sido una práctica común entre los proveedores de atención de salud evitar la prescripción de la terapia hormonal y los anticoagulantes, al mismo tiempo, no ha habido ninguna evidencia que apoye esta decisión –afirma la autora principal, Ida Martinelli, del Centro Emofilia e trombosi Angelo Bianchi Bonomi en Milán, Italia–. Hemos llevado a cabo este estudio para abordar el miedo que sienten tanto el médico como la paciente a la hora de tomar la decisión de parar o continuar con la terapia hormonal en este contexto».

Respondiendo a la pregunta de si las mujeres pueden tomar con seguridad la medicación que contiene hormonas con anticoagulantes, un equipo de investigadores dirigido por Martinelli comparó la incidencia de coágulos sanguíneos recurrentes y sangrado uterino anormal en 1.888 mujeres que recibieron terapia de anticoagulantes con y sin terapia hormonal concurrente.

Los investigadores analizaron los datos de las pacientes del estudio EINSTEIN DVT y PE, realizado para evaluar la seguridad y eficacia de dos anticoagulantes, el nuevo anticoagulante oral rivaroxabán y el actual estándar de atención, una heparina de bajo peso molecular (enoxaparina) seguida de un antagonista de la vitamina K (AVK). Se aconsejó a las mujeres de edad fértil que usaran métodos anticonceptivos adecuados para evitar defectos de nacimiento.

Del total de mujeres en el estudio, 475 utilizaron la terapia hormonal durante el periodo de análisis. Los medicamentos empleados incluyen sólo píldoras de estrógeno, la combinación de anticonceptivos de estrógeno y progestágeno y sólo anticonceptivos de progestina. Se preguntó a las participantes acerca de los síntomas o signos de coágulos recurrentes y hemorragia, incluyendo hemorragia uterina, durante cada visita de seguimiento.

Siete eventos de coágulos sanguíneos recurrentes se produjeron mientras las pacientes estaban usando la terapia hormonal, frente a 38 que sucedieron durante un periodo en el que las pacientes no tomaban la terapia hormonal. Sobre la base de su análisis, los investigadores concluyeron que las mujeres con anticoagulantes y terapia hormonal experimentaron coágulos sanguíneos recurrentes a un ritmo de 3,7% por año, mientras aquellas que no seguían la terapia hormonal presentaban una tasa de recurrencia del 4,7% al año.

Además, la incidencia de sangrado uterino anormal en las del grupo de la terapia hormonal fue del 22,5%, frente al 21,4% para las mujeres que no estaban en la terapia hormonal. Según los autores del estudio, la incidencia similar de coágulos sanguíneos y sangrado uterino anormal en las mujeres que recibían y en las que no seguían la terapia hormonal sugieren que el uso combinado de estas terapias es seguro.

El estudio también encontró que el sangrado uterino anormal ocurrió más frecuentemente con rivaroxabán que con enoxaparina/AVK, con una tasa de sangrado estimada en 29,8% anual para las pacientes de rivaroxabán y del 15,5% por año en el grupo de enoxaparina/AVK. «Por primera vez, se demuestra que las mujeres que sufren de coágulos de sangre pueden tomar con seguridad los anticonceptivos que contienen hormonas o terapia de reemplazo hormonal con anticoagulantes, proporcionándoles la libertad de elegir el método de control natal y otros medicamentos que contienen hormonas que prefieran», dice Martinelli.

«Aunque se necesita más investigación para evaluar la inconveniencia del sangrado uterino anormal con rivaroxabán y los otros anticoagulantes orales directos, estos resultados disipan antiguos conceptos erróneos y deben permitir a los médicos tratar con confianza a sus pacientes que toman anticoagulantes y hormonas al mismo tiempo», concluye el estudio.

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