Se relaciona con niveles elevados de estrógenos e insulina
Las mujeres posmenopáusicas que consumen bebidas endulzadas con azúcar tienen más probabilidades de desarrollar el tipo más común de cáncer endometrial en comparación con otras que no consumen este tipo de bebidas refrescantes, según un estudio publicado en “Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention”.
Concretamente, las mujeres posmenopáusicas que informaron de un mayor consumo de bebidas azucaradas tenían un riesgo del 78% de padecer carcinoma estrógeno-dependiente, el cáncer de endometrio más común entre todos. Esto es dependiente de la dosis: cuanto más bebidas azucaradas se toman, mayor es el riesgo de desarrollar carcinoma de este tipo.
«No es sorprendente ver que las mujeres que bebían más bebidas endulzadas con azúcar tenían un mayor riesgo de cáncer endometrial del tipo I estrógeno-dependiente, pero no cáncer endometrial tipo II estrógeno-independiente», comentó Maki Inoue-Choi, directora de este estudio y cientifica asociada en la División de Epidemiología y Salud Comunitaria de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Minnesota (USA).
«Otros estudios han demostrado que un aumento del consumo de bebidas endulzadas con azúcar ha ido paralelo al incremento de la obesidad. Las mujeres obesas tienden a tener niveles más altos de estrógenos e insulina que las mujeres de peso normal. Niveles elevados de estrógenos e insulina se consideran factores de riesgo para el cáncer endometrial», explica la directora del estudio.
Debido a que ésta investigación es la primera en demostrar la asociación entre el alto consumo de bebidas endulzadas con azúcar y el cáncer endometrial, estos resultados deben relacionarse en otros estudios, según Inoue-Choi, quien, junto a sus compañeros, utilizó datos de más de 20.000 mujeres posmenopáusicas que informaron sobre su dieta alimenticia, datos demográficos y su historia médica en 1986, antes de que se le diagnosticara el cáncer, como parte del ‘Estudio de Salud de la Mujer de Iowa’, en Estados Unidos.
La ingesta dietética se evaluó a través de un cuestionario de frecuencia alimenticia en el que se pidió a las pacientes que tomaron parte que informaran sobre la frecuencia con la que consumían 127 alimentos en los 12 meses anteriores a la investigación. Se les preguntó sobre la ingesta de bebidas azucaradas, incluyendo bebidas de cola con azúcar; las mismas pero sin cafeína; otras bebidas con carbónico y azúcar y limonadas u otros zumos de frutas sin gas.
Entre los refrescos sin azúcar, se incluyeron los bajos en calorías con cafeína y refrescos de cola pero sin cafeína y otras bebidas carbonatadas con bajas calorías. La categoría postres y pasteles, comprendió 13 elementos, como chocolate, barras de caramelo, dulces sin chocolate, galletas (caseras e industriales), brownies, donuts, tortitas (caseras y precocinadas), panecillos dulces, pastelitos u otras pastas (caseras y preparadas) y pasteles (caseros e industriales).
Los investigadores clasificaron los patrones de consumo de bebidas endulzadas con azúcar de estas mujeres en quintiles, que iban desde la ausencia de ingesta (el quintil más bajo) a entre 1,7 y 60,5 porciones a la semana (el quintil más alto).
Entre 1986 y 2010, se registraron 506 cánceres de endometrio de tipo I y 89 tipo II entre las mujeres analizadas por Inoue-Choi y sus colegas, que no encontraron ninguna relación entre ambos tipos de cánceres de endometrio de tipo II o tipo I y el consumo de bebidas sin azúcar, gaseosas, dulces/productos horneados y el almidón.
«Las investigaciones han demostrado la contribución de las bebidas endulzadas con azúcar a la epidemia de obesidad», confirma Inoue-Choi. «El exceso de azúcar añadido puede elevar la ingesta total de calorías de una persona y aumentar el riesgo de problemas de salud tales como obesidad, diabetes, enfermedades del corazón y cáncer», concluye.
Estudio éste más que interesante.
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